Capítulo 398

Un aroma familiar, que también me asfixia Me quedé inmóvil por un momento, hasta que la voz baja de Alejandro resonó, —¿Ya te importa tanto él? Mis dedos, antes colgantes, se crisparon; alguna vez él también me había importado tanto. Tenía que informarle, incluso si solo salía a comer con Ana, pero a él nunca le agradó. Ahora que mi atención está en otra persona, él se irrita y cuestiona. —Sí, ¿cómo no voy a preocuparme por mi hombre?— respondí, mirándolo directamente a los ojos. Lastimar a otros también sé hacerlo. Aunque sé que el Alejandro de ahora y yo nos estamos distanciando, eso no significa que el daño que me causó haya desaparecido. En los momentos menos esperados, todavía es como un cuchillo en el corazón. Así que, lastimarlo para compensar un poco el daño que sufrí, no veo nada malo en eso. Por supuesto, esto solo si él todavía me importa, solo así puedo herirlo. Los ojos de Alejandro se entrecerraron, se enfriaron, una señal de que está a punto de enfurec