Capítulo 290
Jorge escuchó las palabras de Braulio y sintió que sus pulmones estaban a punto de estallar.
Era demasiado arrogante; había violado a Silvia y aún hablaba con tanta indiferencia.
Se volvió hacia la persona que había hablado.
Silvia, al ver a Braulio, tembló de rabia; ese bastardo solo le había dado una nalgada.
¡Tenía que decir que la había tocado! Su reputación estaba arruinada, y desesperada le gritó a Jorge: —¡Jorge, es este imbécil!
¡Mátalo!
¡Rápido, mátalo, quiero que muera!
Jorge miró a Braulio con una fría mirada, como si estuviera mirando un cadáver: —Un chofer, un insignificante como una hormiga, se atreve a meterse con nosotros, la familia Cruz.
Nadie en Ciudad del Fuego se atreve a tocar a la familia Cruz.
¡Estás pidiendo a gritos que te maten, por dañar a Silvia!
¡Que alguien mate a este insignificante, como una hormiga!
Apenas terminó de hablar, los guardaespaldas se agruparon, diez de ellos, todos mirando a Braulio con un aire amenazador.
De repente, un

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