Capítulo 342

Ella no se conformaba con vender la empresa para saldar las deudas; no quería regresar a la vida que tenía antes de casarse. Esa vida de trabajar de nueve a cinco, ser reprendida por el jefe, y al final ganar solo mil dólares al mes. Ni hablar de comprar un coche de lujo o vestir ropa de marca. Ni siquiera podía comprarse un labial sin pensarlo durante varios días. Su mirada se cruzó con los ojos fríos de Braulio, sin ninguna emoción. Ella suspiró:—Vamos a la sala de reuniones. Dicho esto, giró y comenzó a caminar hacia adelante. Al escuchar los pasos familiares y firmes detrás de ella, las lágrimas comenzaron a caer, sin poder evitarlo. Todo en la antigua empresa estaba a cargo de Braulio; ella solo se encargaba de gastar dinero. Iba todos los días a hacerse tratamientos de belleza, a ir de compras, a tomar un café, viviendo una vida de lujo como una diosa. Pero tuvo que divorciarse, tuvo que quedarse con toda la propiedad de la empresa. Y ahora estaba en esta situ