Capítulo 62

Entonces, ¿Bruno ahora estaba arrepintiéndose? ¿Lamentando haber elegido divorciarse de ella para ayudar a Marta a tratar su enfermedad? Alicia curvó ligeramente los labios en una sonrisa silenciosa. No importaba lo que Bruno hiciera ahora, su corazón ya no se conmovería ni un poco. Porque el daño que Bruno le había causado era algo que ella no podría borrar jamás en su vida. Nunca olvidaría las noches silenciosas en las que, al extrañar tanto a su hijo, lloraba bajo las sábanas. Nunca olvidaría cuando, arrodillada ante el altar de Buda, lloraba preguntándose por qué las personas que más amaba la habían rechazado. Alicia se quedó en el balcón, mirando fríamente a Bruno. En su mente, se proyectaron las imágenes de hace cuatro años. —Ali, no te mueras. Has perdido a tus padres, a tu hijo, pero aún nos tienes a Víctor y a mí. No me hagas esto, por favor. —Ali, si sigues tan obstinada, el bebé que llevas en el vientre se verá afectado. No quieres que nazca con problemas