Capítulo 830

Al escuchar eso, la mirada de Joseph se iluminó. Su expresión sombría, que al principio mostraba un visible malestar, desapareció por completo. Bajo la luz, no sólo parecía gentil sino también increíblemente deslumbrante. La actitud de Lucille ya lo explicaba todo. Ella no le impidió acercarse ni rechazó su beso. Ella sólo estaba preocupada porque su cuerpo aún no se había curado de las toxinas. Joseph se inclinó y le dio a Lucille un beso en los labios. Luego, se recostó junto a la cama y continuó masajeándole las manos. "No te preocupes. Puedo contenerme por ahora." Destacó las palabras "por ahora". Aunque tenía más autocontrol que la mayoría de las personas, a menudo colapsaba cuando se trataba de Lucille hasta que no quedaba ni una pizca. Lucille le recordó: "Todavía necesitamos la última hierba. Tenemos un mes como máximo. No importa si encuentras la hierba o no dentro de este mes, tenemos que eliminar las toxinas de tu cuerpo. De lo contrario, la próxima vez las toxinas recaerán"