Capítulo 13

Desde que Alejandro se dio cuenta de sus sentimientos por Patricia, pasó los días como ausente. Al volver a casa y no ver la sonrisa de Patricia, sentía un vacío en el corazón. Tras tantos años juntos, se había vuelto completamente dependiente de ella, y jamás imaginó que, a sus treinta años, llegaría a amar tanto a una mujer. Desde el día en que Patricia se fue, tampoco logró interesarse más por Irene. —Alejandro, últimamente ya no quieres estar conmigo. Protestó Irene una noche, tras la ducha, mientras se recostaba sobre él. Su pijama dejaba poco a la imaginación, con todo el pecho expuesto ante Alejandro. Antes, entre ellos siempre terminaba en sexo. Pero ahora, lo único que Alejandro tenía en mente era la imagen de una joven Patricia, la primera vez que se puso un camisón de encaje. Entonces reaccionó de inmediato, la abrazó y se lanzó sobre la cama con ella. Ahora, mientras leía, sintió incomodidad y se apartó discretamente, apagando la luz de la lámpara. —Duerme, estoy cansado. L