Capítulo 1205

Él miraba el auto delante de él, entrecerró los ojos y dijo a la persona a su lado: —Sigue investigando a esos dos. —Señor Ignacio, ¿cree que... —Sí, hay algo raro, sigue investigando —dijo Ignacio con voz grave. — Después de una noche de bebida, Ana despertó en la casa de Lourdes. Habían pasado la noche bebiendo. Aunque todavía no toleraba bien el alcohol, su capacidad para beber había mejorado mucho en comparación con tres años atrás. Probablemente habían seguido bebiendo hasta bien entrada la noche, y luego ella se había dormido directamente en la habitación de invitados. Al levantarse de la cama, se dio cuenta de que Lourdes ya había preparado el desayuno. Con un delantal puesto y una mirada especialmente tierna, le dijo: —He preparado el desayuno, cocí fideos sin añadir muchos condimentos. Bebimos demasiado anoche y probablemente hoy nuestro estómago se sienta mal, unos fideos ligeros nos harán sentir mejor. —Lourdes, quienquiera que te case será afortunado —di