Capítulo 1316

Caminaba cautelosa hacia el huerto con determinación, con sus tacones finos haciendo difícil cada paso. Se cruzó por casualidad con algunos empleados que la saludaron, pero no tuvo tiempo ni para devolverles la mirada. Y es que los tacones no ayudaban mucho que digamos. Aunque parecía estar cerca, ¿por qué se sintió tan lejos al caminar? En ese momento, Ana recordó viejos tiempos con Alejandro. Al ver que Alejandro no mostró desagrado alguno y parecía estar atento, ella aprovechó ese valioso instante para hablar más de lo habitual. Había mucho que recoger de ese día. El tiempo en realidad pasó sin darse cuenta, y al recordar, enseguida se dio cuenta de cuántos recuerdos compartidos se habían acumulado durante su breve matrimonio. De repente. Un grito de incredulidad los interrumpió a ambos. —¿Eres tú... Ana? ¿Cómo es que estás aquí? ¿No me digas que viniste a ver a Gonzalo y te colaste? Verónica estaba sorprendida. Nunca imaginó que la persona que vería sería Ana.