Capítulo 1882

Desde que Josefina apareció, ya había pasado casi una hora. Pero para él, el tiempo transcurrió demasiado rápido. Tanto que aún pensaba que todo era un sueño. Un sueño poco realista. Como si la persona frente a él pudiera desaparecer en cualquier momento. Ambos ya habían caminado a paso largo hacia un callejón. Este callejón estaba casi deshabitado. Caminaban lado a lado, con Josefina saboreando con gracia un postre. Su rostro irradiaba la felicidad que le proporcionaba la deliciosa comida. De manera inconsciente, notó un cambio en el ánimo de Bernardo. —¿Qué te pasa? ¿Estás cansado de caminar? —Preguntó ella. Bernardo bajó la vista con tristeza hacia Josefina: —No es nada, tú... ¿te vas a ir otra vez? Josefina había olvidado por completo el tiempo, pero al ver que muchas casas ya empezaban a encender sus luces, de repente se dio cuenta: —No me había fijado en ello, pero ya hace un rato que llegué, ¿no es así? Bernardo lo afirmó con cierta rigidez. Entonces, Josefina bajó la cabeza, pe