Capítulo 296
Al notar que él la miraba, ella preguntó cortésmente.
Los ojos de Alejandro se movieron ligeramente y cerró el libro que tenía en sus manos.—Tengo una videoconferencia en una hora, lo dejamos para otra ocasión.
Era la respuesta esperada. Ana asintió con una sonrisa radiante.—Está bien, entonces me voy.
—Espera.
Ana se detuvo nuevamente, algo confundida.¿Por qué parecía que Alejandro tenía cierta reticencia en dejarla ir?
Era inusual.
—¿Pasa algo más?—preguntó.
Alejandro dejó el libro y se acercó a ella con pasos largos, obligándola a levantar la vista debido a la diferencia de altura.
Desde esa posición, parecía que él la miraba con una expresión profundamente apasionada.
—Tú...
La mirada de Alejandro se posó en su clavícula.—¿Estás segura de que vas a ver a tu familia así?
Ana siguió la dirección de su mirada y bajó la vista. Al ver lo que él veía, su rostro se puso al instante rojo.—No me había dado cuenta antes.
Anoche, Alejandro no se había contenido, o mejor dicho, ninguno de los

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