Capítulo 53

Tal vez no debió decir semejante cosa, pero lo hecho, hecho estaba. De repente, la temperatura de toda la recepción parecía haber bajado por completo e incluso la iluminación del lugar se había atenuado. Si las miradas pudieran matar, Darius ya estaría en camino al más allá. Él sabía que se había equivocado al decir algo así frente al hombre de negocios más importante del país. Si por alguna razón lograba sobrevivir este encuentro, solo sería porque tuvo protección divina. Después de esperar por lo que parecía una eternidad a que Lucien aceptara su apretón de manos, Darius eventualmente desistió y metió su mano al bolsillo mientras suspiraba. “Alexandra se encuentra reposando en este momento”, le informó. Sin embargo, Lucien no lo logró escuchar, ya que sus oídos no habían dejado de zumbar desde que él se presentó como el prometido de la rubia, lo cual hizo que se enfureciera por dentro. ¡Pero de seguro no era más que una tonta broma! Era imposible que él se creyera una afirmación tan