Capítulo 72

Tras unos minutos en lo que fue la habitación de Alexandra, Lucien decidió que había tenido suficiente. Agarró el diario que recién había descubierto y salió de allí. Después, entró a su recamara y lo colocó en uno de sus estantes. Cuando estuvo feliz por el lugar en el que se encontraba su nuevo tesoro, sonrió. El sonido de su celular interrumpió la escena. Volteó a ver el reloj que tenía sobre su mesita de noche y se sorprendió por lo tarde que era: la una y media de la madrugada.  «¿Quién será?», se preguntó, con la mirada puesta en el teléfono sobre su cama. Se acercó y luchó contra su impulso de rechazar la llamada. Tenía que ser algo importante para que alguien se atreviera a llamarlo a esa hora. Suspiró con resignación y tomó el aparato. Leyó en la pantalla el nombre de la persona que le marcaba: Harrison. Era el único al que siempre le contestaba, a pesar de todas las molestias y dolores de cabeza que le causaba. Deslizó su dedo sobre la pantalla, colocó su celular contra su or