Capítulo 11

Jonás colocó la caja con la pulsera en el cajón del asiento del copiloto. Antes de cerrar el cajón, vio aquel documento y se concentró tratando de recordar cuándo lo había puesto allí. Pero después de pensar un buen rato, no logró sacar nada en claro. Estaba a punto de sacarlo para echarle un vistazo cuando recibió la llamada de Elisa. —Jonás, mis padres ya se fueron. Mis amigas, al enterarse de que salí del hospital, quieren celebrarlo conmigo. ¿Ya terminaste lo que estabas haciendo? ¿Quieres venir a divertirte un rato? Esta vez, Jonás no dudó y la rechazó tajantemente. El tono de Elisa se desanimó de inmediato, y justo cuando iba a empezar a coquetear, él encontró una excusa diciendo que tenía una reunión. Después de colgar, empujó el cajón, arrancó el auto y volvió a casa. La mansión, que solía estar llena de vida, ese día estaba en particular muy silenciosa. Jonás echó un vistazo a su alrededor y notó que faltaban muchas cosas en la sala. La corbata que había dejado sobre la mesa d