Capítulo 427

“Esto es simplemente perfecto.” La sonrisa burlona de Samuel se hizo más profunda cuando miró a Eleanor y luego desvió la mirada hacia Robert. Su voz destilaba malicia. —¿Sabes por qué Eleanor entró aquí dos veces? Los ojos del hombre moreno y apuesto brillaron con una luz siniestra. —Era para mí. Esta llave —levantó el pequeño objeto—. Le pedí que la trajera. La expresión de Eleanor permaneció estoica, pero su silencio delató su culpa. Samuel no estaba equivocado. Su intrusión en el Grupo Jared había sido, en efecto, para él, aunque no era algo que quisiera admitir. Su mente se apresuró a buscar una forma de refutarlo, pero antes de que pudiera ordenar sus pensamientos, una repentina oleada de mareos la invadió. El mundo giró violentamente. A Eleanor se le hizo un nudo en la garganta cuando la vitalidad abandonó su cuerpo. Sus manos temblaron levemente mientras bajaba la cabeza para ocultar su palidez. El frío intenso y profundo le arañó las venas y propagó el dolor por cada fibra de