Capítulo 14

—Me voy, he estado muy ocupado últimamente, pero en unos días seguro que me quedaré en casa contigo —Rubén se despidió de Isabel y luego se fue a la empresa. En la sala de estar, Iván e Ismael estaban desayunando con sumo cuidado. Tan pronto como Rubén salió de la villa, la expresión de Isabel se oscureció. Se acercó a Iván e Ismael, mostrando una sonrisa fría. —Ayer les dije que no hablaran tonterías delante de Rubén, ¿acaso no entendieron? ¿Cómo se atrevieron a quejarse con Rubén por la noche? —agarró a Iván de un tirón; el niño, de apenas unos años, no tenía fuerzas para resistirse y sus ojos estaban llenos de terror. —¡Eres una mala mujer! —Ismael lanzó los cubiertos que tenía en las manos contra Isabel, intentando que soltara a Iván. Pero esto sólo enfureció aún más a Isabel. Después de todo, Rubén no estaba en casa y, además, esos dos niños eran hijos ilegítimos de Micaela. En el futuro, cuando ella tuviera hijos con Rubén, ¿no tendrían que competir estos bastardos con sus hijos