Capítulo 31 Él es mi marido
—¿Quién sino Yagito?
Ana se quitó los pendientes, mostrando una sonrisa complaciente.
—Esta noche tengo una cena con Yagito; no sería adecuado avergonzarlo, por lo que me arreglaré como es debido.
—Por eso me pidió específicamente que escogiera la ropa y las joyas. Después de todo, muchas de ellas ni siquiera las has usado, así que acepté aunque a regañadientes.
—Si no fuera porque estamos apurados por tiempo, le habría pedido a Yagito que me comprara algo nuevo.
Ella guardó los pendientes en su bolso y luego procedió a colocarse las joyas delante de mí, una por una.
María avanzó un paso, pero la detuve.
—María, déjalo.
—¿Dejarlo? ¡Es demasiado excesiva, tengo que golpearla fuerte, si no, no me quedaré tranquila!
Ella ya estaba lista para luchar, pero yo simplemente negué con la cabeza y luego llamé a Yago.
En esta situación, golpear a Ana no estaría justificado, ya que Yago permitió que esta tercera persona entrara en nuestra casa. Necesito aclarar las cosas.
Sería mejor si él accedie

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