Capítulo 18

Federico mostraba una clara parcialidad, protegiendo abiertamente a Marta. Norma empezó a preocuparse seriamente por lo que ocurriría con sus subordinadas, formadas personalmente por ella, una vez que se marchara. Tanto Elena como Julia probablemente no se librarían de las represalias de Marta después de su partida. Ambas eran mujeres capaces, con sueños propios, y, sin embargo, solo por mantener una relación cercana con Norma, iban a ser objeto de ataques injustificados. Norma soltó un largo suspiro, con profunda impotencia. No creía que fuera Julia quien la había perjudicado, al contrario, sentía que era ella quien había arrastrado consigo a estas compañeras que siempre le mostraron sinceridad y lealtad. El material con errores que debía corregirse finalmente recayó en manos de Norma. Además, Federico dio una orden tajante: las correcciones debían hacerse con urgencia y entregarse ese mismo día. La carga de trabajo era tan abrumadora que Norma no tuvo más remedio que quedarse nuevame