Capítulo 1538
No pasó mucho tiempo antes de que Roberto despertara; abrió los ojos y vio la cara de Aurora.
La voz de Roberto se escuchó ronca. —¿Qué haces tú en el hospital?
Ella le acarició la cara. —Me prometiste que no beberías; no cumples tu palabra.
Roberto sonrió; él no esperaba que la recaída llegara tan rápido.
Santiago se acercó con un vaso de agua. —¿No habíamos quedado en que debías venir al hospital a hacerte chequeos periódicos? Esta vez, por suerte, había alguien a tu lado. Pero, ¿y si la próxima vez sufres un ataque estando solo?
Roberto tomó el vaso y dio unos sorbos. —De todos modos, vivir o morir no tiene diferencia alguna.
Aún no había terminado de hablar cuando unas pequeñas manos le taparon la boca.
La niña habló con seriedad. —No digas cosas de mala suerte. No quiero que mueras.
Los ojos de ella se humedecieron, como si estuviera a punto de llorar.
Roberto se sintió incómodo. —No llores, solo estaba diciendo tonterías.
Las lágrimas cayeron.
Santiago, al lado, se entretenía con

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.