Capítulo 64

Carmen se quedó sin palabras, incapaz de rebatir. María no se sorprendió; aunque Diego era joven, cada miembro de la familia Gómez actuaba con prudencia, sin derrochar innecesariamente. María cruzó sus brazos sobre el pecho, observando con interés la incredulidad en los ojos de Carmen. —El contrato ya ha llegado. —Pero... Carmen luchaba internamente. ¡Ese proyecto era suyo! ¡Diego le pertenecía! A regañadientes, se volvió a refugiar en los brazos de Gabriel, llorando: —Si María ya tiene a Bruno, ¿por qué tiene que competir conmigo por Diego? Papá, ¿no quieres que ambas tus hijas se casen en la familia Gómez? Esta declaración tocó un punto sensible en Gabriel, dado que Diego era el heredero de la familia Gómez y tenía grandes expectativas puestas en él. —María, Carmen tiene razón. Deberías dejarle esta oportunidad a ella. Si ella se une a Diego, también te beneficiará a ti. —María, el asistente de Diego está llamando. Andrea intervino, señalando el teléfono que vibraba sin parar. —Conte