Capítulo 61
—¿Acaban de irse? ¿Terminaste ya tus asuntos?—Al ver salir a Alberto, una cálida y serena sonrisa se dibujó en el rostro de Valeria, una sonrisa que hacía que uno se sintiera muy cómodo y reconfortado.
—Alberto, no comiste nada hace un momento, ¿quieres comer un poco más?
—No, gracias.
Alberto miró la mesa desordenada; no tenía nada de apetito.
—Entonces, espera un momento, voy a pagar la cuenta y luego salimos a dar un paseo.
—No, déjame a mí; ¿cómo voy a dejar que una chica pague la cuenta?
Alberto rápidamente detuvo a Valeria; conocía las reglas de las citas.
Antes de casarse, el hombre paga; después de casarse, la mujer se encarga de las cuentas.
Un ejemplo clásico de un esposo dócil y feliz.
—......
Valeria no pudo detenerlo, así que dejó que Alberto fuera a pagar.
—Mesa ocho, ¿cuánto es?
Alberto sacó su cartera, listo para pagar.
—Mil dólares.
—¿Cuánto? ¿Mil dólares?
Alberto estaba a punto de pagar cuando se quedó paralizado.
El sabor de Casa del Asado era realmente bueno, per

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