Capítulo 13

Durante los días siguientes, Bianca apenas salió de casa; permaneció en su pequeño laboratorio realizando investigaciones. La noche del sábado, el muelle privado de la familia Gómez estaba iluminado con un resplandor deslumbrante, como si fuera de día. Un lujoso crucero de cinco pisos permanecía anclado en silencio; el casco, completamente blanco, irradiaba un brillo nacarado bajo los focos. No era simplemente un barco: representaba el poder y la riqueza de la Corporación Altamira. Aquel día se celebraba el quincuagésimo aniversario de la Corporación Altamira, y la fiesta tenía lugar precisamente en ese crucero llamado "El Estrella". Una sucesión incesante de autos de lujo llegaba al muelle; de sus puertas descendían exclusivamente figuras destacadas del mundo empresarial de Venturis e incluso de todo el país. Los invitados, con sus invitaciones en mano, subían de manera ordenada. —¿Lo has oído? ¡El señor David ha gastado una fortuna esta vez y ha preparado un espectáculo de fuegos art