Capítulo 27

—Paz, múdate conmigo —dijo, casi como una demanda. Sus palabras me sorprendieron. ¿Cómo alguien podría cambiar de opinión tan rápido? —¿Estás borracho? —le pregunté, sintiendo cómo la ira se apoderaba de mí. Esta vez no iba a caer en ninguno de sus estúpidos juegos o falsas promesas. —No, pero no quieres aceptar el cheque y yo no quiero que el bebé sufra, así que múdate conmigo —pidió una vez más y yo solo pude quedarme callada. ¿Cómo podía decir todo eso cuando había sido él mismo quien me había pedido que ab*rtara? —Cristian, ¿no recuerdas lo que pasó la última vez que me dijiste que cuidarías de mí y de mi bebé? Tenía esperanza de que recordara lo sucedido, pero, en cambio, actuó como si nunca hubiera dicho esas palabras. —Las cosas han cambiado. Si es necesario, estoy listo para luchar por ti y el bebé —me dijo, confundiéndome incluso más. «¿Luchar, en serio? ¡De qué demonios estaba hablando!» —Cristian, escucha, no confío en ti. Pienso que es un poco turbio que de repente hayas ca