Capítulo 84 Un corazón demasiado cruel

León miró incómodo a Nora, que estaba a su lado, y le hizo una señal con los ojos. Aunque Nora no quería hablar, al fin y al cabo ya había aceptado un trato antes de cruzar la puerta. No le quedó más remedio que armarse de valor y hablar: —Ya he firmado la carta de disculpa y no quiero seguir insistiendo en este asunto. León añadió de inmediato: —Sí, en la comisaría ya se ha gestionado todo correctamente, señor Martín. No se preocupe. Por parte de la empresa, también he dado instrucciones para que todos mantengan la confidencialidad, evitando así cualquier impacto negativo para la compañía. Dicho esto, levantó la vista con cautela y miró a Martín. —Mm. Martín respondió con un simple murmullo, alargó el brazo para sacudir el cenicero y, levantando apenas los párpados, preguntó: —¿Tú y tu esposa ya han hablado de esto? León se quedó visiblemente atónito por un par de segundos; su expresión cambió de inmediato y tartamudeó: —¿Hablar? Señor Martín, ¿a qué se refiere...? La mirada de Martín