Capítulo 99 Exhausta de cuerpo y alma

El ascensor cayó en un silencio absoluto. Esa noche, Nora había pasado de la desesperación y el colapso a una calma frágil, apenas sostenida en la superficie. Solo ella sabía cuánta tormenta había atravesado en su interior. Pero ahora no sabía dónde ir. ¿Qué rumbo debía tomar esa relación indefinible entre ella y Martín? Por primera vez, había perdido el norte. No lograba descifrar a Martín; solo sentía que, tras llegar hasta aquí, estaba exhausta, tanto física como emocionalmente. Durante aquel instante de desesperación, incluso había aceptado la idea de morir. Vivir se había vuelto demasiado agotador; terminarlo todo sería, para ella, una especie de liberación. Ya no tendría que seguir acercándose a alguien con astucia, ni manipular a nadie, ni planear su venganza, ni quedar atrapada en el odio. Como un pájaro que, tras volar hasta el límite, recibe un disparo y finalmente puede detenerse a descansar. Pero Martín había aparecido de repente y la había arrancado del borde del precipici