Capítulo 23

Seis meses después, Zacarías y Magdalena celebraron una boda grandiosa. La mansión más lujosa de la capital estaba inundada de rosas blancas, y la luz del sol se deslizaba entre las torres de champán. Magdalena estaba de pie frente al espejo de cuerpo entero en el vestidor; al mirarse vestida de blanco, sentía como si estuviera en otro mundo. Seis meses antes, después de hacerse un chequeo médico, se había quedado sentada en el pasillo del hospital durante una hora entera. En esa hora, pensó en muchas cosas. Por ejemplo, que la familia Treviño necesitaba un heredero para la siguiente generación, y que ella no podía tener hijos. O que la relación entre ella y Zacarías no era lo suficientemente profunda, y que tal vez no sería tan malo ponerle fin a tiempo. No fue hasta que Zacarías la llamó que ella volvió en sí. —¿Dónde estás ahora? —la voz de Zacarías llegó a través del auricular, tan serena como siempre. —Yo... estoy de compras. Zacarías pareció no notar nada extraño y, con un tono r