Capítulo 14

La voz emocionada del mayordomo Esteban se escuchó de pronto por teléfono, y con un estruendo, el cuchillo en la mano de Cristian cayó al suelo. Cristian corrió hacia el hospital. Al llegar, descubrió que un grupo de médicos rodeaba la habitación de Simón. —¡Un milagro, esto es un milagro! Esos médicos, mientras exclamaban, le realizaron exámenes de todo tipo a Simón, y solo después de confirmar que su cuerpo ya se había recuperado sin problema alguno, se marcharon, dejando a Cristian y Simón para que hablaran a solas. Simón lo miró atónito durante un segundo y luego preguntó preocupado: —¿Dónde está Emi? Cristian se detuvo, y una ola de dolor volvió a inundar sus ojos: —Ella... Simón ya era mayor y no podía soportar más sobresaltos. Pensando en ello, Cristian apretó el puño, hizo un esfuerzo muy grande por calmarse y decir la verdad, pero ocultó el hecho de la muerte de Emily. —La última vez, porque intentó matarte, la envié al extranjero. Cuando reconozca su error, la traeré de vuelt