Capítulo 93
Una vez que esa balanza comenzaba a inclinarse, el giro resultaba abrumador e irreversible.
—Considéralo un favor, te lo ruego.
Fidel se dio cuenta de que su destino estaba completamente en sus manos, y sin quererlo, su actitud se volvió mucho más sumisa.
Bianca soltó una risa helada: —Vaya, esto sí que es nuevo. Es la primera vez que te veo suplicando.
—Bianca, no seas cruel. Te doy doscientos mil.
Aunque Bianca jamás había tenido tanto dinero delante, si realmente hacía lo que él le pedía, no descartaba que algún día él mismo la mandara silenciar.
—No tengo intención de extorsionarte, así que recoge tu dinero.
Dicho esto, Bianca se dirigió a la puerta y le señaló la salida.
Su actitud dejó a Fidel completamente desconcertado. Si Bianca no hacía esto por dinero, entonces ¿cuál era su motivación?
No lograba descifrarlo, pero era evidente que ella ya no tenía paciencia, así que no tuvo más opción que marcharse.
Aunque la visita de Fidel le había arruinado el humor, Bianca no tenía más r

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