Capítulo 9

Cuando el avión despegó, Laura se quedó absorta. Observó cómo aquellos edificios tan familiares iban quedando atrás, cada vez más lejos. Pero en su corazón no sentía ni el más mínimo apego. Al contrario, sentía una profunda sensación de alivio. Por fin iba a dejar ese lugar. Desde muy pequeña había deseado marcharse, porque ya entonces se daba cuenta de la preferencia de sus padres. En la vida diaria y en cada detalle, siempre la trataban como a una extraña. En ocasiones, incluso llegó a preguntarse si de verdad era su hija, si ese trato desigual era porque, tal vez, no pertenecía a la familia. Pero la realidad era mucho más cruel de lo que imaginaba, era su hija, era la hermana de María. Y ese hecho resultaba aún más doloroso. La única explicación posible era que simplemente no la amaban. No la amaban y, por eso, la trataban diferente. Incluso su nacimiento solo sirvió para salvar la vida de María. A veces pensaba que, si María no hubiese necesitado una transfusión, quizá ella nunca h