Capítulo 243

Vaya, qué rostro tan diabólicamente hermoso. El cabello oscuro, largo y desenfadado, derramado sobre sus hombros, y la piel blanca, casi enfermiza, lucía siniestramente bajo la luz. Sus cejas largas y afiladas como espadas se hundían profundamente en sus sienes. Unos ojos encantadores, estrechos y seductores. Su nariz era alta, imponente como una montaña. Sus labios eran delicadamente femeninos, contrastando dramáticamente con sus frías facciones. Vestía completamente de negro, con ropa de un material que brillaba como la seda. Parecía un Satán que caminaba por el infierno, con un carisma lleno de encanto; una sola mirada bastaba para no poder olvidarlo jamás. Sí, imposible de olvidar. Fragmentos de memoria comenzaron a destellar en mi mente. ... —Víctor, ¿quién es esa persona? ¿Por qué me lo ocultaste? —¡Basta, vuelve a casa ahora! —Víctor, ¿qué estás ocultándome? Esa persona se llama Julián... —¡Fuera! Te castigaré cuando regreses. ¡Lárgate de aquí! —¿Tien