Capítulo 307

—¡Vamos, Anita! —le dije mientras la jalaba—. ¡Esa es Isabel... Anita escuchó el nombre de Isabel. Ella realmente no simpatizaba con esa mujer. Anita exclamó: —Sarita, vinimos a comprar hoy, no es que no puedas permitírtelo. Mi rostro se ensombreció al instante. Como era de esperar, Isabel nos vio a las tres. Ella tomó del brazo a Daniela. Daniela nos miró sorprendida. Intenté esquivar, pero ya era demasiado tarde. Vi a Daniela intercambiar unas palabras con Isabel. Isabel se acercó. Anita de inmediato la enfrentó, protegiéndome. Isabel se plantó frente a nosotros y dijo con desdén: —Qué coincidencia encontrarte de nuevo, señora Sara. Carolina frunció el ceño ligeramente. Ella conocía a Manuel, y por ende, a Isabel. Después de todo, Isabel se proclamaba pariente de la familia Gómez. Carolina comentó: —Isabel, qué coincidencia. ¿La persona de antes es tu amiga? Isabel me miró intencionalmente: —Ella es la señorita Daniela. Carolina, no me dirás que no sabes quién es. Carolina reflexionó