Capítulo 329

Cuando Salvador y yo subimos al auto, aún vi a Víctor parado en la acera, mirándonos partir con una mirada profunda. Estaba perturbada: —¿Qué le pasa a Víctor? Salvador, siendo más joven, naturalmente no tenía respuestas para mis preguntas. Llegamos a casa bastante tarde, así que rápidamente le dije a Salvador que se lavara y descansara. Después de un día agotador, me acosté y me quedé dormida de inmediato. Pero mientras dormía, tenía toda clase de pesadillas. Soñaba que gritaba, discutía y me defendía en diferentes escenarios, gritando. En el sueño, no dejaba de llorar, correr, incluso de rasgarme la ropa y de enloquecer. Finalmente, estaba parada en un lugar alto y saltaba hacia abajo, cayendo pesadamente al suelo... La sangre empezaba a manar de mi cuerpo, y veía en mi sueño cómo, como una mariposa al final del verano, yacía destrozada en el suelo... ... —¡Ah! —Me desperté sobresaltada. Mi corazón latía rápidamente, cubierta de un sudor frío y pegajoso. Me to