Capítulo 10

En el momento en que Sofía y sus padres llegaron al aeropuerto de Nueva York, al ver los edificios de estilos tan distintos, por fin soltó un largo suspiro de alivio. Estaba segura de que realmente había dejado atrás Venturis. Sin embargo, en el instante en que bajó del avión y vio en la zona de espera a dos guardaespaldas vestidos de negro con impecables trajes, sosteniendo un cartel con su nombre, se quedó ligeramente perpleja. Cristian y Vanessa, al presenciar aquella escena, también se sintieron extrañados. —Sofi, ¿tienes algún amigo en Estados Unidos? Ella negó con la cabeza, mirando con desconcierto a los dos hombres. Los guardaespaldas bloquearon el paso de Cristian, Vanessa y Sofía, y preguntaron respetuosamente: —¿Es usted la señorita Sofía? Ella, con cautela, colocó a sus padres detrás de sí y asintió. —Sí, soy yo. ¿Quiénes son ustedes? El guardaespaldas no respondió a su pregunta. —Excelente, señorita Sofía, hemos venido a recogerla siguiendo las órdenes del jefe. Sofía alzó