Capítulo 59

“Pero nada de lo que digo te gusta”, me quejé, barriendo mi alrededor con la mirada. “¿No le gustan los deportes? Vamos a Lululemon”. “¿No es esa una tienda para mujeres?”. “No. También tienen ropa de hombre”, respondí. Cuando llegamos, dejé que Tristan hurgara en los escaparates mientras yo me paraba a un costado. La cabeza me daba mil vueltas. La noticia de la repentina boda de Kieran me había tomado desprevenida. Nos habíamos visto el día anterior… Sin embargo, no mencionó nada al respecto. Intenté darle un motivo racional a la amargura que sentía en mi corazón. Tenía sentido que me sintiera incómoda. Después de todo, teníamos un trato: nuestro arreglo de “amant*s nocturnos” terminaría el día que se casara. Eso implicaba que sólo me quedaban veintiocho días para seguir disfrutando de su cuerpo. Atribuí mis adoloridos sentimientos al hecho de que tendría que renunciar a tan excelente espécimen masculino. Luego de eso, ¿en dónde más podría conseguir sex* tan gratificante y educativo,