Capítulo 60

Luego de sonreírle con timidez, corrí a la habitación. Y medio minuto después, ya estaba subiendo las escaleras. Me lancé a él desde detrás de la puerta. “Feliz cumpleaños”, le dije, abrazándolo.  “¿Y dónde está mi regalo?”, preguntó. Se volteó para abrazarme la cintura desnuda. Sus ojos ya ardían con deseo y lujuria. “Y esa ropa interior no cuenta”, añadió. “Para tu información, se llaman suspens*rios”, respondí Moviendo las caderas, dije: “Esta noche, yo soy tu regalo. ¿Qué te parece?”. Rocé mis pechos con los suyos. “Creo que ya estás un poco grande para ir a la escuela”, comentó, trazando círculos en mi espalda baja. “Y yo no soy uno de esos p*rvertidos con fetiches de colegialas”. Al deslizar su mano bajo mi blusa, se percató de que no llevaba sujetador. Solté un jadeo cuando sentí su frío toque. “Si no te gusta, iré a sacarme este disfraz”, hice un puchero. “No”, rechazó la idea. Su tranquila voz era contraria a sus urgentes movimientos. Agarré su sedosa corbata Paul Smith de col