Capítulo 11
Cuánto amaba Lorena a Salvador, lo sabía todo Altoviento.
—¿Y ahora ella va a divorciarse?
—¿Me estás tomando el pelo? Que quieras divorciarte no me extraña, pero ¿cómo va a divorciarse Lorena? ¡Si le gustas tanto, ¿no lo sabes?!
—Abuela, no quiero contarte esto; si ella viene a pedirte algo, recházala.
—¿Y entonces qué piensas tú?
Salvador se dio la vuelta y soltó una risita fría. —Ella y yo solo nos vamos a torturar mutuamente toda la vida.
Norma estaba agotada y movió la mano. —Ya no me importa, haz lo que quieras. Yo ya no cuento contigo para que me lleves un bisnieto en brazos.
Salvador entró al despacho y se quedó mirando los papeles sobre la mesa, ausente; esa noche tenía otra reunión importante en el extranjero, pero no tenía energías para encender el ordenador.
Hasta que Raúl entró y le recordó en voz baja: —Señor Salvador, la reunión empieza en cinco minutos.
Salvador sólo asintió y encendió el ordenador.
Antes solía ser muy estricto con la gente del extranjero; esa noche no

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ