Capítulo 163
Andrea no logró esquivarlo y se vio obligada a alzar el cuello.
Tardó varios segundos en reaccionar, como si recién entonces comprendiera lo que había pasado, y giró la cabeza hacia un lado.
El beso de Alejandro cayó sobre su mejilla, pero él, sin rendirse, siguió bajando, dejando a propósito varias marcas.
—Alejandro, ya basta.
—No, no basta. En la sala ya me estaba conteniendo bastante. ¿Con qué derecho me dejas así después de haber tenido sexo conmigo?
Le sostuvo la barbilla con fuerza y volvió a besarla de manera brusca.
Lorena retrocedió varios pasos, con el rostro lleno de asombro.
Cuando reaccionó, cerró la puerta de aquella sala con delicadeza, profundamente impactada por lo que acababa de ver.
Pasó un buen rato hasta que logró calmarse y regresar a la sala de la que había salido.
Pedro y Eduardo estaban sentados uno frente al otro en la mesa, sin decir una palabra, pero no parecía haber incomodidad entre ellos.
Al verla regresar y tomar asiento, Pedro preguntó: —¿Los encontras

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