Capítulo 765

Lorena levantó la vista para observar el cielo. —Vámonos. No tomaron el camino principal, sino los senderos pequeños de Costadorada. Titán y Ares se escondían con agilidad detrás de cada cobertura, olfateando. Lorena siempre había sabido que esos dos perros eran más inteligentes que los demás, pero no imaginaba que lo fueran tanto, incluso cuando no había peligro alrededor, sabían buscar el lugar más oculto para resguardarse. Ya les había hecho oler previamente objetos usados por César, y ahora avanzaban en silencio, guiando el camino por delante. El lugar al que se dirigían no era la casa de los Guzmán, sino que tomaban la dirección opuesta a las zonas concurridas. Lorena arrugó la frente y preguntó en voz baja a Mateo, que caminaba a su lado: —Si Iván quiere castigar a alguien desobediente, ¿no sería mejor encerrarlo en la casa de los Guzmán? Así podrían deshacerse de la persona sin que los demás lo noten. ¿Por qué llevarlo a las afueras? ¿Acaso hay algún otro lugar de la familia Guz