Capítulo 860
Los dedos de Lorena se detuvieron en el aire y miró a Vicente.
Vicente dejó escapar una risa aterradora; no era tan estúpido como Rafael. Antes de venir ya había llamado a la policía y, seguro, en ese preciso momento ya estaban en la puerta.
La escena de hacía un rato la habían presenciado los agentes.
En los ojos de Vicente brillaba la satisfacción total y, por fin, sonrió complacido. —Intento de homicidio, Lorena. El resto de tu vida lo pasarás en prisión. Tú y Pedro, realmente son una pareja maldita.
Los policías, en efecto, habían visto a Lorena intentando clavar un trozo de vidrio en la garganta de Rafael; incluso ya habían sacado sus armas.
—¡Suelta el arma!
Lorena le lanzó una feroz mirada a Rafael, que yacía en el suelo.
Él arqueó las cejas, con el rostro lleno de fiereza. —Je, je, jamás podrás matarme delante de la policía. Sabes, Lorena, piénsalo bien: ahora que Pedro ya no está, nadie podrá respaldarte. Prepárate desde ahora para pasar toda tu vida en la cárcel.
Apenas termi

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