Capítulo 13
El rostro de Alicia se endureció: —Sal de aquí.
Ignacio sonrió, desafiante: —Ahora somos pareja, ¿qué tiene de malo dormir juntos?
Al ver que Alicia no cedía, sus ojos se llenaron de lágrimas: —¡Si me echas, me pongo a llorar!
Alicia cerró los ojos, rindiéndose al final.
Ignacio, victorioso, sacó de debajo de la almohada un fajo de cartas amarillentas y cuadernos de dibujos.
—¡Mira! Son las cartas de amor que te escribí cuando era adolescente, y estos, tus retratos.
Emocionado, comenzó a leer: —Hoy Alicia me volvió a sonreír. Me gusta tanto...
Al terminar, la abrazó feliz: —Nunca imaginé que tú también me quisieras. ¡Soy el hombre más feliz del mundo!
Alicia guardó silencio durante mucho tiempo, hasta que, de repente, dijo: —Casémonos.
Ignacio se quedó helado, alzando la vista: —¿Qué?
Alicia repitió: —Vamos a casarnos.
Ignacio entró en pánico: —¿No es demasiado rápido?
—Si quieres estar conmigo, tienes que pasar por todo esto. —Respondió Alicia, serena. —Si vamos a tener una relación,

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