Capítulo 261
Este tipo tan accesible realmente no parece mi jefe, sino más bien un amigo.
Sonreí de vuelta, posando mis ojos en Ignacio, aunque fue a Adrián a quien le pregunté: —Parece que tienes mucho de qué hablar con él. Es la primera vez que veo a alguien ir a comer con el jefe después de una entrevista.
Hice ese comentario también porque Diego descubrió que la persona detrás de Ignacio se apellida Pérez.
Mi sospecha volvió a surgir.
—Ignacio, el presidente, me invitó a comer para conocerme mejor; después de todo... —Adrián se detuvo un momento: —Un salario de cuatrocientos mil dólares al año no es poca cosa.
Me quedé impresionado, ¿un salario tan alto?
Realmente no esperaba que Adrián fuera tan valioso.
—¿Qué, crees que no lo valgo? —preguntó él, muy directo.
Sonreí ligeramente: —No es eso.
Luego le pregunté: —¿Y cuánto ganabas en tu empresa anterior?
—Cuatro mil dólares al mes. —La respuesta de Adrián me hizo fruncir el labio; Ignacio había multiplicado el dinero por cien.
—Ignacio, el p

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