Capítulo 80
—No es necesario.
Ricardo se dio cuenta enseguida de lo que Elena estaba pensando y señaló su pie, inmovilizado por un dispositivo: —Ya estoy así, ¿qué más te preocupa?
Aunque la lógica era clara, Elena todavía sentía que no era apropiado, así que buscó una excusa para cambiar el tema.
—Estoy bien así, pero, ¿qué te gustaría comer esta noche? Iré a comprarlo.
Ricardo movió su celular en la mano: —Ya he pedido algo.
Elena hizo una mueca, sintiéndose algo inútil.
Esa noche, Elena se arropó con una manta pequeña y se sentó en el sofá, dispuesta a acompañar a Ricardo hasta el amanecer. El médico había indicado que si no surgía ninguna reacción adversa antes de las 10 de la mañana del siguiente día, todo estaría bien.
Elena permaneció observando atentamente a Ricardo.
Con el tiempo, comenzó a sentir sueño y empezó a bostezar.
Ricardo, por su parte, parecía tener mucha energía y no paraba de hablar. Aunque Elena solo le respondía de manera superficial, él seguía hablando incansablemente.
Fin

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ