Capítulo 1988

Las cinco o seis mujeres tenían una expresión adormecida. Probablemente todas habían sido drogadas para que permanecieran tranquilas y no armaran alboroto. También había dos o tres que mantenían los ojos cerrados, no se sabía si estaban vivas o muertas. A pesar de eso, cualquiera que se acercara lo suficiente podía darse cuenta de que todas estas mujeres eran extremadamente hermosas. Cada noche, quienes venían al Mercado de las Sombras eran personas muy adineradas. Amaban especialmente a las mujeres bellas. Además, incluso si no las necesitaban para sí mismos, podían regalarlas, a veces, obsequiar una belleza era más efectivo que dar oro o joyas. —¡Mira esa, la que tiene los ojos cerrados! ¡Dios mío, qué rostro tan hermoso! Pero, ¿estará viva o muerta? Tras una cuidadosa observación, alguien, con gran agudeza, vio a una de las mujeres inmóviles y, al decir "es muy bonita", su voz se elevó, mostrando lo emocionado que estaba. —¡Déjame ver, déjame ver! ¡Dios santo, es una belleza rara, c