Capítulo 12
Carlos llevaba días enviando gente a buscar el paradero de Rosa, pero no había noticias de ella.
Inconforme, incluso se mudó a la empresa, dedicándose día y noche a rastrear cualquier pista.
Hasta que un día, mientras Bruno trabajaba en una cafetería revisando documentos, levantó la vista y un programa de entrevistas en la televisión captó su atención.
La cámara barrió entre el público y, de pronto, un rostro familiar apareció un instante.
Bruno se puso de pie de golpe; el café se derramó sobre la mesa.
—¿¡Señora Rosa!?
Sacó el celular y le tomó una foto a la pantalla, Rosa, con camisa blanca y el cabello suelto, tomaba notas con seriedad.
A su lado, sentado, estaba nada menos que el profesor José, con su porte elegante y sereno.
—¿Está en Santa Esperanza, trabajando en diseño? —Carlos miró la foto que le dio Bruno, con una expresión oscura e insondable.
Bruno dudó un momento: —Sí, y parece que está muy cercana a José.
Los dedos de Carlos se crisparon sobre la fotografía.
Ella, teniend

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