Capítulo 61 Vuelve y espera la notificación
Nora aún estaba sumida en un estado de confusión; el calor subió hasta sus orejas mientras abría los ojos con una expresión atónita.
La lujuria en los ojos del hombre se desvaneció por completo, dejando entrever un destello gélido.
Martín movió ligeramente los labios y dijo con frialdad: —Bájate.
La neblina en los ojos de ella aún no se había disipado; incluso en sus ojos persistía un velo de desconcierto.
Se mantuvo inmóvil, sus delgados brazos aún lo rodeaban con fuerza, sin querer soltarlo.
No estaba dispuesta a aceptar aquello.
La mirada de él se volvió completamente fría; sus cejas y ojos, pesados y sombríos, ocultaban una rabia latente. El cuerpo de Nora se tensó sin darse cuenta, y su respiración se contuvo de forma instintiva.
Lo miró con terquedad, movió ligeramente los labios y murmuró con voz confusa: —Puedo hacerlo.
Él la observó desde arriba, contemplando ese semblante radiante y tentador; intentó tragar saliva. —Ya no tengo ganas.
El corazón de Nora se heló.
Una oleada de

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