Capítulo 78

Al llegar a la empresa, Sebastián estacionó el auto, se bajó y la observó mientras se alejaba. —Hoy... gracias —Andrea asintió levemente. Después de todo, seguía siendo algo vergonzoso. Hoy había terminado llorando a mares frente a Sebastián, aunque ni siquiera ella podía explicar por qué le había pasado eso. Aunque Sebastián no dijo nada, seguramente en el fondo pensaba que ella era una mujer extraña, ¿no? Andrea se sentía algo arrepentida por toda esa serie de comportamientos absurdos de hoy. Suspiró y caminó hacia adelante. Después de unos pasos, justo cuando estaba por entrar al edificio de Compañía de Medios Nueva Ola, se giró inesperadamente para mirar hacia atrás. Y para su sorpresa, descubrió que Sebastián aún no se había ido. Tenía las manos en los bolsillos, las piernas largas y rectas, su figura alta y erguida de pie bajo un árbol, mirándola en silencio mientras el sol dibujaba un contorno suave y cálido sobre él. Al notar que ella se dio la vuelta para mirarlo, Sebastián so