Capítulo 95

Javier respiró hondo en silencio y apartó la mirada, sintiendo una contradicción aún más profunda en su interior... Si aquella mujer siguiera siendo como antes —calculadora, dominante y arbitraria. —quizá le resultaría más fácil soportarlo; podría rechazarla sin dudar. Pero ahora, ella había decidido atacar desde las emociones: aquella cara descarada y traviesa estaba colmada de ternura y dulzura, lo que lo dejaba en una posición imposible. —Está bien, hablaremos de eso cuando salgas del hospital. —Clara no quería escuchar una respuesta que pudiera desagradarle, así que cambió oportunamente de tema—. ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo? —Lo que sea. —Come algo de fruta, entonces —dijo ella, bajándose de la cama. Vio que las frutas sobre la mesa necesitaban pelarse o cortarse, lo cual era un poco molesto, así que tomó un plátano. Era un plátano importado de Costadorada, mucho más sabroso que los de su país. Lo peló y, al principio, pensó en darle un mordisco ella misma, pero enseguida s