Capítulo 616

Lorena no tenía muchas ganas de hablar con él; después de todo, Rubén siempre la había menospreciado, hasta había deseado matarla si pudiera, y no entendía cómo de repente había cambiado de actitud. Ella levantó el pie para marcharse, pero lo oyó reír. —Eres bastante interesante. Tienes un aire seductor, pero ¿quién diría que por dentro eres tan ingenua? Él no tenía reparos al hablar, como si quisiera humillarla. Lorena hizo mala cara y su tono se volvió frío. —¿Qué es lo que realmente quiere decir, señor Rubén? Rubén tiró la colilla del cigarrillo en el cubo de basura cercano, pendiente de que Pedro no mirara hacia allí, así que tampoco se acercó. Su boca dibujó una mueca burlona. —¿Que qué quiero decir? Quiero decir que anoche ustedes dos se besaron apasionadamente en la sala privada, y hoy vienes a decirme que fue por una alergia. No sé si lo finges o de verdad lo has olvidado. Esa insistencia tuya en Pedro nos ha hecho comprender por qué él no puede soltarte tan fácilmente. "¡Clang