Capítulo 42

—¡Ustedes, qué están haciendo! La voz de Baltasar estaba helada, cargada de una ira arrolladora, haciendo que Raúl se estremeciera. Él asustado quiso retirar la mano, pero Camila la sujetó con fuerza. —No te muevas. —Luego se dirigió a Baltasar—. Señor Baltasar, estoy tratando la tenosinovitis de Raúl. Raúl enseguida contestó: —Sí, tengo tenosinovitis, Camila me está haciendo acupuntura. —¡Su acupuntura es impresionante! Eso no era una mentira forzada por Raúl. Él pensaba que su mano no se aliviaría en varios días. Pero bajo las maniobras de Camila, en menos de veinte minutos, la inflamación desapareció. Por eso se atrevió obediente a colaborar con Camila para ocultarlo; de lo contrario, no sabía cómo lo castigaría Baltasar si se enteraba de que había golpeado a alguien. El rostro de Baltasar seguía serio; apretaba los labios pensativo y emanaba un frío constante. Raúl sentía una presión enorme. Cuando Camila terminó de retirar todas las agujas, retiró la mano y se dirigió al asiento d