Capítulo 330

Justo cuando llegó a la puerta, listo para llamar a Flavio, de repente alguien abrió la puerta del coche y se sentó en el asiento trasero. Braulio se dio vuelta y vio que era Flavio.—¿Cómo sabías que venía a recogerte? Flavio sonrió y respondió:—Estos días bajo a esperar a la hora. Si no vienes, simplemente regreso. Braulio lo entendió más o menos:—¿Quieres abrir el negocio? Flavio asintió con la cabeza:—Si no trabajo, siento que el día no tiene sentido. Braulio arrancó el coche y se dirigió a la Clínica Popular. Debido a su irregularidad en el trabajo, la Clínica Popular ya no tenía pacientes esperando. Sin embargo, frente a la clínica siempre estaban estacionados varios coches. Parecía que esos vehículos eran inquebrantables, siempre allí, esperando en la puerta. Braulio estacionó el coche y observó detenidamente. Flavio tenía un rostro especialmente sombrío y murmuró:—¿Por qué siguen aquí estas personas? Braulio no dijo nada. Ambos caminaron juntos hacia la puerta. Al abrirla, viero