Capítulo 41

Silas y Amelia no se despertaron para cenar la noche anterior. Amelia se despertó a la mañana siguiente envuelta en los brazos de Silas y acurrucada contra su pecho. El rubor de la noche anterior volvió a ella. Sintió su miembro viril empujándole el vientre y sonrió. Ya no lo iba a golpear para quitárselo de encima. Escuchó a Isabella reírse en su cabeza. Amelia miró el reloj en la mesa junto a la cama, mostraba que eran las 4:00 am. No tenía sueño y quería un momento de tranquilidad para ella misma. Sin embargo, cada vez que se movía, Silas la agarraba con más fuerza y murmuraba incoherencias en sueños. Después de lo que pareció una hora de soltarse lentamente del agarre de Silas y luego avanzar lentamente hacia el costado de la cama, Amelia estaba libre. Caminó de puntillas por el piso hasta el armario, agarró unas mallas negras y una de las sudaderas con capucha de Silas. La sudadera con capucha que agarró era granate y decía "Te muerdo de vuelta", así que eligió sus zapatillas gran